VACUNDA...LA HISTORIA

Para el año 1968 Ramiro Arias mejor conocido por su familia como papa arias, decide registrar una compañía con miras a un futuro. Teniendo el como herencia una colección de recetas naturales hechas toda a base de ebullición de plantas y aceites esenciales. Su agudeza mental lo llevo adoptar el lema “lo que no se calienta, no se enfría”.

Desde joven Don Ramiro comienza a perder el cabello y preocupado por esta situación decide preparar una de las recetas heredadas de sus antepasados. Para su sorpresa esta funciono a tal grado que no salía del barbero. Desde ese momento el decide comercializar el producto para de esta forma darlo a conocer. Un gran número de personas comprueban su efectividad y lo recomiendan.

La Sra. Áurea Arias, su esposa quien a su vez tiene muchos conocimientos de plantas y recetas naturales, decide plasmar en una libreta todas esas recetas la cual llamaron “un legado de recetas naturales”.

Con el paso de tiempo su hija Monin se da a la tarea de crear una empresa perpetuando ese legado de recetas. De esta forma nacen las compañías Vacunda & Sinai.

Nunca imagine que estas dos empresas tuvieran tanto éxito y a la vez sentir tanta satisfacción de poder ayudar a tantas personas con diferentes condiciones. Mi mayor placer es cuando me llaman para agradecerme y felicitarme por mi empresa y los productos tan efectivos. En lo personal quiero darles las gracias a mis padres y sobre todo a mi madre, su participación actual en la empresa es esencial, la colaboración como siempre de sus recetas y la calidad de los productos nos ha elevado a un grado de satisfacción. Mi madre me ha hecho reconocer que con el transcurso del tiempo hemos perdido el uso de todas esas herencias naturales, las cuales por mucho tiempo nuestros antepasados la utilizaban para conseguir la salud.

Es importante rescatar todas estas recetas naturales, para poder conseguir esa salud que ellos tuvieron por tanto tiempo. Esta probado que los productos naturales funcionan y que necesitamos de nuestra naturaleza para alimentos y medicamentos. El abuso de fármacos con adictivos químicos siempre han tenido contradicciones, muchas de las cuales desconocemos por motivos comerciales o por la falta de orientación.